JUAN FRANCISCO VELASCO Y PERDOMO
E S C U L T O R



El busto de Miguel Domínguez fue colocado a un lado de la efigie de su esposa, Josefa Ortiz. Ambas obras fueron esculpidas por el maestro Juan Velasco y Perdomo.
Investigadores, historiadores, autoridades universitarias y del gobierno realizaron un acto de reivindicación de la figura del corregidor de Querétaro, Miguel Domínguez Trujillo-Alemán, al develar un busto de bronce de este personaje excluido de la historia oficial.
Un grupo de investigadores de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), entre los que están Modesto de la Luz Cervantes Sistos y Patricia Pérez Murguía, encontraron documentos mediante los cuales se demuestra que Miguel Domínguez fue un liberal siempre comprometido con la causa independentista.
En el patio de la que fuera la Casa Consistorial de Querétaro y residencia del corregidor y su esposa, Josefa Ortiz, se realizó la ceremonia en donde quedó ubicado el busto de Domínguez.
El catedrático de la Facultad de Filosofía de la UAQ, Modesto de la Luz Cervantes Sistos, dijo que esta ceremonia servía para recuperar a un personaje notable que durante mucho tiempo estuvo en la orilla de la historia.
El catedrático e investigador de la historia de Querétaro en la Independencia señaló que a pesar del poco reconocimiento que se ha hecho al papel del corregidor en la época de la conspiración libertadora, su importancia quedó de manifiesto cuando en 1823 don Miguel Domínguez Trujillo fue uno de los oradores principales en el inicio de trabajos del Congreso Constituyente que instauró la República Federal con la Constitución de 1824.
La también catedrática de Filosofía de la UAQ, Patricia Pérez Murguía, destacó la voluntad mostrada para “devolver a la memoria histórica la presencia de don Miguel Domínguez en el hecho libertario más grande de nuestro país”.
Comentó el hallazgo de escritos de Domínguez rescatados por algunos de sus biógrafos, donde se narran pasajes que hablan de su pensamiento de justicia. “El corregidor actuó en 1801 en contra del sistema laboral que los obrajeros cometían en contra de la mano de obra”.
En 1805, envió una carta al virrey José de Iturrigaray para manifestar su inconformidad a las ordenanzas excesivas por parte de la Corona Española en contra de la Nueva España y que lo mantuvieron siempre bajo sospechas de conspirador.
“Por si quedara alguna duda, si no fue parte de la insurgencia, porque se mantuvo como corregidor durante la lucha, entonces pregunto: ¿Por qué fue miembro de la Junta Nacional Gubernativa que instauró la Primera República? Domínguez tuvo una participación, si no abierta, sí directa en el proceso independentista”.
Querétaro, Querétaro. En el siglo veinte queretano, y particularmente de la segunda mitad a la fecha, los escultores que han dado forma a rostros e instantes de la historia de Querétaro han sido Alberto Pérez Soria, Abraham González, Juan Velasco Perdomo y Miguel Michel. Ellos vienen a continuar una tradición escultórica que inició en 1531 con la creación de la cruz de cantera que los chichimecas pedían ver después de la aparición del apóstol Santiago en el Cerro del Sangremal el 25 de julio de aquel año.
Después de esa fecha, mucha agua corrió bajo los puentes queretanos; el virreinato, la Guerra de Independencia, de Reforma, el Segundo Imperio y el Sitio de Querétaro, las huelgas de Hércules, la Revolución y la Guerra Cristera sucedieron mientras los artesanos locales aumentaban el acervo de estatuas de la ciudad, como queriendo que éstas observaran como mudos testigos el paso de la historia.
El arte escultórico de nuestra ciudad empezó siendo sacro después de la conquista. Pero en la zona Arqueológica de El Cerrito, el equipo encabezado por el arqueólogo Daniel Valencia ha documentado en este suplemento cultural el hallazgo de estelas, grifos, lápidas talladas, coronamientos y esculturas hechas por lo pobladores de ese centro ceremonial, en los cuales destaca la influencia tolteca y con fechas del periodo posclásico temprano (900 d.C.).
Y una vez conquistados por los españoles aquel 25 de julio, el arte sacro -católico- dominó los talleres locales en el nuevo orden social.
José Rodolfo Anaya Larios explica en su libro "Historia de la escultura queretana" (UAQ, 1987) que, si bien en Europa los artistas del renacimiento utilizaban materiales nobles como el mármol o el cedro en la Nueva España se aprovechaba lo que hubiera en la región; es por ello que en Querétaro los materiales eran el quiote y el mezquite.
Lo primero que se empezó a esculpir fueron cristos y en Querétaro se conserva aún la que quizá es la escultura 'profana' más antigua: el Neptuno, hecho de cantera por el arquitecto Francisco Eduardo Tresguerras el 1797, y que recuerda al Cristo de la Columna; se encuentra en la Delegación Centro Histórico después de que fuera colocada una réplica de bronce hecha por Abraham González en 1996, en la fuente original del jardín de Santa Clara -inicialmente la fuente de Neptuno fue situada en el templo de San Antonio hasta 1910, que se cambió a donde se encuentra hora-.
Anaya Larios divide la historia de la escultura de Querétaro en distintos periodos:
El renacimiento: Con fecha de inicio en 1531 cuando los artesanos de los habitantes originarios de la zona absorbieron las doctrinas españolas, hasta el año 1632 que la ciudad ya tenía conventos construidos. Anaya Larios identifica en este periodo como caracterizado por la ausencia de grandes maestros, a excepción del fraile escultor Sebastián Gallegos, que creó imágenes que difundió entre las comunidades indígenas evangelizadas.
Otros artistas que menciona dentro de este periodo Anaya Larios en su libro son Luis de Arciniega, que construyó el retablo mayor del templo de San Francisco; Pedro González Cabezón, Francisco Martínez y Alonso de Garibaldo.
Escultura Barroca: Que comprende de los años de 1632 a 1790. Anaya Larios apunta que lo más notable de este periodo es la construcción de los elevados retablos y las sillerías de los coros. Técnicas del dorado, estofado y encarnado florecen con esplendor.
Los artistas de la época son José de Bayas Delgado, Manuel de Velasco, Pedro José de Rojas, el arquitecto Ignacio Mariano de las Casas, Francisco Escobar, Bartolico y Manuel Sebastián Garay.
Cabe mencionar que en este periodo se construyeron la mayoría de los templos de la ciudad, como Santa Rosa de Viterbo, San Agustín, La Congregación así como casas señoriales que en conjunto definen el carácter virreinal de nuestra ciudad.
Escultura neoclásica: Del periodo 1790 a 1821, la escultura es más reposada y fina y "dada a apelar a sensibilidades candorosas por la hermosura de sus rostros y la amabilidad de las actitudes" dice Anaya Larios.
Los artistas de este periodo son Felipe Susanavar y Aguirre, Francisco Eduardo Tresguerras, Vicente Jiménez, Mariano Arce, José Mariano Perusquía y Rubio, Mariano Montenegro y el ebanista Luis de Figueroa.
Escultura en el Querétaro independiente: Continúa con la escuela queretana de escultura tanto barroca como neoclásica. Y pese a las vicisitudes políticas que vivía la ciudad, y México, se consignaron en el padrón de 1833 a 14 escultores; Anaya Larios menciona a Diego Almaraz y Guillén y a Braulio Rodríguez Granada.
Anaya Larios continúa en su libro con una exploración sobre los tallados de cantera, las portadas de las iglesias y el legado de la virreinal barroca en Querétaro.
El siguiente libro que cataloga las esculturas y bustos de nuestra ciudad es el publicado por el H. Ayuntamiento de Querétaro en 2004, "Esculturas, bustos y placas", de Natalia Carrillo, en el que enumera 42 esculturas, 2 bustos y 18 placas al cuidado el municipio de Querétaro. A estos le faltan las cinco esculturas que en julio-septiembre de 2006 inauguró la presidencia municipal de entonces, así como el traslado de don Octavio S. Mondragón al Panteón de los Queretanos ilustres con su respectiva estatua, creación de otro insigne escultor y cuyos trabajos se observan en toda la ciudad: Juan Velasco Perdomo.
Anaya Larios, José Rodolfo. "Historia de la escultura queretana", Universidad Autónoma de Querétaro, febrero de 1987.
Querétaro, Querétaro. No empezó por casualidad, aunque así lo parezca.
Desde chamaco modelaba plastilina, pero una vez en Querétaro se le presentó la oportunidad de hacer una escultura con la manera más rara: Llegó en 1979 a Querétaro y en 1989, mientras trabajaba en su negocio, un amigo al ver uno de un modelito que había hecho de plastilina le pidió un busto para de un señor que resultó ser don Roberto Ruiz Obregón. Al principio él sabía que las esculturas se hacían en barro, así que el busto para Ruiz Obregón lo hizo de este material; afortunadamente Ruíz estaba de vacaciones y no lo pudieron entregar pues a los pocos días empezó a cuartearse; fue al Instituto Allende, en San Miguel, a que le hicieran un molde de yeso antes de que terminara de romperse. Después de ahí y, ahora sí por casualidad ya que era la primera a la entrada del Distrito Federal, fue a Fundiciones Artísticas a hacer el busto en bronce. A Ruíz Obregón le gustó tanto que hoy hay siete de estos bustos.
A partir de ahí no paró. Hasta el día de hoy, Juan Velasco Perdomo es el artífice del Juego de Pelota (1991), Canción mixteca (1988), Danzante conchero chichimeca (2002), Él es dios (1996) y en el mausoleo estatuas de Valentín Frías, 2003, José María Arteaga Magallanes (1992) y Félix Osores Sotomayor (1989); placas de Agustín Rivera, Guadalupe Velázquez Pedraza y Valentín Frías de 2003; de Esperanza Cabrera, Agapito Pozo y Germán Patiño de 1996, Andrés Balvanera, Luis Vega y Monroy y Carlos Septién García de 1993, y más.
"A mí me ha gustado todo lo que es manual, tanto dibujo como modelado" continúa "Cuando inauguraron el busto de don Roberto, Mariano Palacios asistió y me citó. En la cita me presentó al profesor [Eduardo] Loarca a quien le dijo: quiero que se haga amigo del arquitecto para que nos haga unos trabajos".
En esos días quien hacía las esculturas era Abraham González, autor de trabajos como el Apóstol Santiago de la calle Independencia (1996), Juan Antonio de Urrutia y Arana (1994) del mausoleo o José María Arteaga de la Plaza Mariano de las Casas; y Alberto Pérez Soria, creador de las estatuas de Fray Antonio Margil de Jesús y Junípero Serra, de 1984 del atrio del templo de La Cruz, así como de Juan caballero y ocio frente a La Congregación entre muchas otras.
Para hacer el Juego de Pelota viajó a la zonas arqueológicas de Ranas y Toluquilla para conocer cómo eran las canchas, "me puse a investigar cómo es el juego, tomé el vestuario de la película Ulama el juego de la vida y la muerte. En uno de los códices borbónicos está el juego de pelota representado con cuatro dioses jugando así que lo que yo construí es una representación de ése códice con las canchas que tomé del sitio arqueológico de Ranas.
Cada objeto que tienen colgados los cuatro jugadores es una representación de cada uno de esos cuatro dioses y me robé el aro de Chichen Itzá, porque no sabemos si aquí usaban aros o marcadores así que tuve que ponerles un aro para que así fuera más fácil identificar que se trata de un juego de pelota. Y después casi se vuelve un símbolo queretano... ¡pero ese no es de aquí!" explica el arquitecto.
A 20 años de hacer inaugurado ese juego de pelota, ¿qué significa para usted el hecho de que ya sea un símbolo de identidad local?
"Para mí es una satisfacción muy grande hacerlo, la verdad nunca me imaginé construir algo tan grande como eso después de haber construido sólo dos esculturas en mi vida. Aunque una de las que más me ha gustado es la que hice para la Alameda Hidalgo".
El conjunto escultórico al que se refiere Velasco es al que se erigió en honor del músico José López Alavéz que en 1912 en nuestra alameda compuso la "Canción mixteca" y que dice: Qué lejos estoy del suelo donde he nacido / inmensa nostalgia invade mi pensamiento / al verme tan solo y triste cual hoja al viento / quisiera llorar, quisiera morir de sentimiento.
Ese fragmento es inmortalizado por Velasco Perdomo al representar al poeta componiendo la canción frente a una india mixteca de cuya mano se escapa una hoja al viento.
Hacer un conjunto escultórico se debe seguir un proceso creativo similar al de la fotografía, ya que se debe inmortalizar un momento que reúna todo los elementos, símbolos y detalles que en su conjunto narren la historia que justifica y explica la obra. Para Velasco lo que se debe hacer primero es escoger ése momento "hay que imaginar qué momento de un hecho se va a esculpir". Por eso, en el Juego de pelota, vemos que un jugador le acaba de lanzar la pelota a un compañero, que la recibe mientras los otros dos se preparan para la siguiente jugada.
Para hacer la escultura "El danzante" tuvo que tomar alrededor de cien fotos, y de todas ellas seleccionó el traje que fuera traducible a escultura "porque hay penachos que, la verdad, uno dice hay nanita mejor ni me meto en eso", reconoce.
Las esculturas son hitos urbanos, al igual que los edificios, pues ubican a la gente y se vuelven puntos de referencia. Para un hombre que ha construido gran parte de los hitos que dan identidad a la ciudad y que recorren el mundo en fotografías, es una satisfacción muy grande ser parte de ello: "Cuando paso por el Andador 5 de Mayo siempre me toca ver que alguien le toma una foto al Danzante".
Otro de los trabajos más sobresalientes es el conjunto de las cinco portadas de las misiones barrocas que Fray Junípero Serra construyó en la Sierra Gorda de Querétaro y que hoy son patrimonio cultural de la humanidad. La primera que construyó fue la portada de la Misión de Jalpan para el pabellón de las Américas en la Feria de Sevilla. "El gobernador Burgos hizo el contacto con el Círculo Juniperiano de España quienes pidieron que enviaran algo de la Sierra y presentarlo en el Vaticano y las Islas Baleares; Gonzalo Alcocer tomó un montón de fotos de las misiones y alguien me dijo: ¿podrás hacer una de estas? Me fui con Gonzalo y se tomaron fotos de frente, de lado, de abajo, de arriba..." con el fin de saber la proporción y volumen de los adornos y detalles de la portada. Hizo planos esquemáticos de las fachadas y en la Escuela de Artes y Oficios se hizo la base de madera talladas para hacer todos los adornos en plastilina.
En España hay dos de las tres que se hizo de Jalpan: uno en el museo de Petra, donde nació fray Junípero y la otra en el Círculo Juniperiano; la tercera se puede ver en el Instituto Queretano de la cultura y las Artes.
Después por iniciativa de Velasco y la voluntad del secretario de turismo del gobierno de Ignacio Loyola, Raúl Parissi, se realizaron las otras 4. El conjunto sirvió para presentar el dictamen que proponía a las misiones como Patrimonio Cultural de la Humanidad, nombramiento que obtuvo en 2003.
Fue un trabajo de enorme de tres años y hoy las cinco están expuestas de manera permanente en la sala del Querétaro Virreinal del Museo Regional de Querétaro, y en el Museo de América en Madrid. "Es una de las más grandes satisfacciones, pues es lo que me ha llevado más lejos y ha servido para algo aquí en Querétaro", remata.
Juan Velasco Perdomo imparte la clase de Escultura, Dibujo, Acuarela y Pastel desde hace 18 años en la Facultad de Bellas artes de la UAQ "Cada vez que hago una escultura me auxilio de mis alumnos para que trabajen conmigo, me ayudan y le sirve de aprendizaje".
¿Qué debe tener un escultor para hacer bien su trabajo?
"Debe saber ver".
Actualmente trabaja en un proyecto para el parque bicentenario, que tendrá que ver con los héroes de la independencia.
Medios & Web
Juan Velasco Saber para crear.
Periódico La Prensa
Querétaro Destaca labor de Corregidor. Periódico El Universal.
La escultura queretana. De lo sacro a lo civil.
Diario de Querétaro.